Enroscar pequeños dragones de porcelana fría en pequeñas gemas de vidrio me ha distraído medianamente de mis preocupaciones. Dragones blancos con destellos dorados, pequeños dragones negros con matices rojos, simpáticos dragones verdes, volando en mi imaginación y trayendo algo de calma a mi nueva y tempestuosa vida.
El domingo a la noche me hablo el Chico Budweiser, diciéndome que sabía que había estado en su casa -sin mencionar lo obvio: con su hermano-. Son increíbles las cosas que tienen que pasar para que un hombre demuestre algún dejo de interés. Aclaró que no había ningún drama, pero que le causaba gracia la situación. Muy gracioso, seguro, aunque probablemente no tanto para mí, mas tengo que empezar a tomarme todo esto con calma. Hablamos un ratito de pequeñas cosas triviales, hasta que mi relativa incomodidad me empujó a despedirme e irme a dormir.
Pequeñas piedras de vidrio, opacas, transparentes y brillantes. Celestes, negras, blancas, cristalinas como el agua. Cada una con su animal en un abrazo eterno, conquistada y protegida. Colores en contraste, formas en armonía. Armonía…
Estoy teniendo sentimientos encontrados en varias cosas. Siento que no estoy en condiciones de pertenecer a la iglesia a la que me incorporé en busca de paz de espíritu, creo que es bastante obvio por qué. A lo mejor necesito una fase de autodestrucción para después verme libre de mis bajos impulsos, o a lo mejor lo que necesito es terminar de despojarme de los resabios del miedo a la muerte para poder hacer lo que tengo que hacer. En cualquier caso, todo lo que escucho salir de las bocas beatas me hace sentir más sucia y más insignificante. No necesito eso. No puedo ir a buscar perdón por cosas de las que debería arrepentirme, pero de las que no me arrepiento. No todavía. Algún día lo intentaré, pero creo que tal vez este no sea mi momento.
No sé qué camino tomar, cómo avanzar, cómo evitar seguir retrocediendo. No sé si quiero seguir intentando, ya ni siquiera tengo la certeza de que la muerte sea la respuesta. No sé a dónde mirar para buscar entendimiento.
Pequeños dragones revoloteando sin objetivo en mi escritorio, pequeños dragones de fantasía naciendo y viviendo en mi mente. Historias de magia en los libros que devoro, otras vidas y otros mundos que tejo con la imaginación. Entierro con colores y fantasías aquellos problemas que no estoy lista para enfrentar.