Archivos para octubre, 2015

Mother of Dragons

Publicado: 20/10/2015 en Personal

Enroscar pequeños dragones de porcelana fría en pequeñas gemas de vidrio me ha distraído medianamente de mis preocupaciones. Dragones blancos con destellos dorados, pequeños dragones negros con matices rojos, simpáticos dragones verdes, volando en mi imaginación y trayendo algo de calma a mi nueva y tempestuosa vida.

El domingo a la noche me hablo el Chico Budweiser, diciéndome que sabía que había estado en su casa -sin mencionar lo obvio: con su hermano-. Son increíbles las cosas que tienen que pasar para que un hombre demuestre algún dejo de interés. Aclaró que no había ningún drama, pero que le causaba gracia la situación. Muy gracioso, seguro, aunque probablemente no tanto para mí, mas tengo que empezar a tomarme todo esto con calma. Hablamos un ratito de pequeñas cosas triviales, hasta que mi relativa incomodidad me empujó a despedirme e irme a dormir.

Pequeñas piedras de vidrio, opacas, transparentes y brillantes. Celestes, negras, blancas, cristalinas como el agua. Cada una con su animal en un abrazo eterno, conquistada y protegida. Colores en contraste, formas en armonía. Armonía…

Estoy teniendo sentimientos encontrados en varias cosas. Siento que no estoy en condiciones de pertenecer a la iglesia a la que me incorporé en busca de paz de espíritu, creo que es bastante obvio por qué. A lo mejor necesito una fase de autodestrucción para después verme libre de mis bajos impulsos, o a lo mejor lo que necesito es terminar de despojarme de los resabios del miedo a la muerte para poder hacer lo que tengo que hacer. En cualquier caso, todo lo que escucho salir de las bocas beatas me hace sentir más sucia y más insignificante. No necesito eso. No puedo ir a buscar perdón por cosas de las que debería arrepentirme, pero de las que no me arrepiento. No todavía. Algún día lo intentaré, pero creo que tal vez este no sea mi momento.

No sé qué camino tomar, cómo avanzar, cómo evitar seguir retrocediendo. No sé si quiero seguir intentando, ya ni siquiera tengo la certeza de que la muerte sea la respuesta. No sé a dónde mirar para buscar entendimiento.

Pequeños dragones revoloteando sin objetivo en mi escritorio, pequeños dragones de fantasía naciendo y viviendo en mi mente. Historias de magia en los libros que devoro, otras vidas y otros mundos que tejo con la imaginación. Entierro con colores y fantasías aquellos problemas que no estoy lista para enfrentar.

…Then you’ll die, you’ll die…

Creo que es un buen momento para considerar dejar el alcohol.

Estaba sola, con el ojo puesto en el Chico Budweiser mientras la música hacía que el mundo girara en una espiral de caos. Las señales que me dio fueron confusas, me hablaba un poco, desaparecía, aparecía, me ignoraba. Sin mi amigo Espantapájaros para ahuyentar a los buitres que suelen agobiarme a partir de las tres de la mañana, me vi rodeada de gente que no me interesaba mientras el Chico Budweiser bailaba en compañía de otras chicas o de sus amigos. Eventualmente dejé de prestarle atención.

Un muchacho de rostro relajado y unos rulos inmensamente locos, risueño y simpático, con un tatuaje de una bandera pirata en la muñeca -en adelante Pirata-, entabló conmigo la conversación más entretenida que he tenido con un hombre desde que estoy soltera. Había olvidado lo lindo que es reír de cosas absurdas y bailar ridículamente para robar las carcajadas del otro. Sin embargo, la voz de mi cabeza ya me estaba diciendo que me alejara, porque sabía lo que iba a pasar.

Entre risas me pidió un beso varias veces, mientras yo, de reojo, miraba al Chico Budweiser, que cada vez era más Budweiser que chico, y flotaba en algún universo paralelo de música y color. Decidí usar la evasiva más honesta y fácil que se me ocurrió: A las siete tenía que volver a casa para ir a cursar. Eso no fue un inconveniente para el Pirata, quien se ofreció a acompañarme hasta la parada del colectivo. Está bien, pensé, mientras no estemos los tres en el mismo lugar geográfico.

Salimos del bar y, claramente, me besó. Las voces en mi cabeza me decían que estaba mal, pero el Pirata es el tipo más agradable que conocí en mucho tiempo, y de verdad tenía ganas de pasar con él un rato. Me invitó un café, cosa que me sonó inofensiva, y fui con él. Llegamos a la puerta de su casa, y ahí es donde empecé a dudar. Él quería que subiéramos, y no creo que haya duda ya de que «café» significaba «sexo». En un principio le pedí que siguiéramos caminando, pero mi carne es débil y cedí mientras pensaba en el Chico Budweiser y en lo mal que estaba todo eso.

Durante unos cuantos minutos, mi alto nivel de sobriedad me siguió recordando lo importante del error que estaba cometiendo, pero, ya habiendo metido la pata en un colchón en medio de una pequeña habitación de paredes coloridas y posters de los Beatles (entre otros), silencie mi mente con su imagen, me enredé con él y vi pasar las horas casi sin notarlo. En un momento, oí la puerta, pasos, algo de ruido, y me paralicé. Lo último que quería era un momento incómodo como pudo haber sido cruzarme con otra persona en ese departamento, mas pronto el silencio me devolvió la confianza.

La incómodidad post-consumación que viví con mis otras aventuras brilló por su ausencia, y en todo momento el Pirata me hizo sentir… especial. Hablamos, reímos y prometimos mates y revancha. El escaso tiempo que tenía lo estiramos hasta el infinito, caminamos hacia el amanecer en un abrazo agradable y nos despedimos muy pasadas las ocho de la mañana. Y ahí es cuando recordé por qué todo eso no tenía que pasar, y cuando me golpeó la culpa por querer ver de nuevo al Pirata.

¿Por qué el primer hombre con el que de verdad me entendí tiene que ser el hermano del Chico Budweiser? Creo que esta vez me mandé una cagada muy grande.

Is This Just Fantasy?

Publicado: 06/10/2015 en Desamor, Flashes Varios

A él, que no debe ser nombrado:

Hoy, mientras leía, recordé tu rostro. Hace mucho que no pensaba en cómo te veías más allá de los ojos verdes y los rulos que usaste para hechizarme, y recordarte hizo que todo lo relacionado a vos se me hiciera aún más imposible. ¿Cómo fue que esa carita de ángel con dientes de conejito me hizo llorar tanto? ¿Cuándo se hizo presente la crueldad en tu gesto?

Recordé, en un segundo, los tiempos mágicos en que te amaba y en que creía que me amabas, los juegos que jugábamos, nuestro idioma secreto, nuestros mundos de fantasía y nuestros sueños. Recordé el día en que bailamos juntos esas canciones de Mika mientras reíamos como niños, nuestra caminata nocturna bajo las estrellas por aquella callecita llena de luces navideñas. Nuestras peleas y nuestros besos, todo vino a mí tan repentinamente como un relámpago. Cuando miro a mi alrededor, sólo quedan pálidos registros de tu presencia en mi pasado, pequeños garabatos en mi cama, peluches que me miran sin ver, rosas secándose y deshojándose lentamente.

Después de eso no pude volver a concentrarme en mi libro, porque ya nada tenía sentido. Algo que creí tan real y tan perfecto en realidad era en realidad tan intangible como las tierras de Lorath sobre las que estaba leyendo. Como mis sueños de caballeros y dragones, así de real fuiste. Tal vez sólo viviste en una de esas fantasías en las que me sumerjo cuando escucho música o cuando miro por la ventana del colectivo en un día de invierno.

Desde que te fuiste empecé a evadirme más, a buscar risas en el fondo de un vaso o en el humo de un cigarrillo compartido. De vez en cuando, mientras viajo por mundos oscuros, inconscientes e irreconciliables, veo un rostro que se asemeja al tuyo, pero que no puedo recordar. Hace unos días, al ritmo de música electrónica, me vi a mí misma desde afuera, y una voz parecida a la tuya me preguntó desde lejos si había visto al dragón, y alguien parecido a vos me preguntó qué estaba tratando de olvidar.

Tal vez toda nuestra historia fue una alucinación en una noche de fiesta, tal vez leí sobre dos jóvenes amantes en algún libro y los confundí con mi propia vida. Para mí es mucho más fácil aceptar que estoy loca que aceptar que con el amor que te tuve no alcanzó. Es mucho más fácil morir loca por amor, que vivir consciente de que nunca voy a poder amar a nadie como te amé a vos. Nunca voy a poder volver a confiar en nadie como confié en vos. Nunca voy a poder creerle a nada a nadie después de haberte creído en todo. Es más fácil creer que no existís y sos un mal sueño que saber que te llevaste un pedazo de mi alma cuando te fuiste. Prefiero pensar que sos un sueño de una niña y no que sos aquel que se robó mi inocencia para siempre.

Ocasionalmente sueño con que te tengo frente a mí, y aprovecho la oportunidad para obtener mi venganza, para partirte el corazón en mil pedazos y llenar tus ojos mentirosos de lágrimas. Después me levanto, y me doy cuenta de que nunca volveremos a vernos, y de que sólo existís en los recuerdos que siguen atormentándome. Recuerdo que, de los dos, sos el único que aprovechó la oportunidad de destruir al otro. Y que todo lo que me queda, es el deseo que no seas real, el deseo de que seas un delirio, el deseo de estar completamente loca.

PD: Te amo.

Heart in a Cage

Publicado: 03/10/2015 en Personal

Aliviada un poco de mi gran exabrupto de angustia, sigo caminando en el hielo fino de mi voluntad de vivir. Siento grietas bajo mis pies, y no sé cuánto tiempo más pueda controlarme, pero creo que, al menos por un tiempo, puedo seguir avanzando. Hay momentos en los que simplemente quiero hundirme y no volver a luchar, quiero rendirme y acelerar el final… Pero, al mismo tiempo, me duele tener que rendirme.

Siempre me costó entender por qué tengo que adaptarme al mundo en el que no quiero vivir, pero, en realidad, no tengo mucha más opción. Sé que el suicidio es la crisis máxima de sentido y el único acto de libertad, mas no puedo resignarme tan pronto al sinsentido de mi vida. Tal vez, allá afuera o adentro mío, sepa al fin si tengo alguna misión en este mundo.

Hoy me levanté tras soñar con un hijo que no tengo, pero que quiero tener. Mi Aegon el Improbable me llamó en sueños para que no me vaya sin haberlo traído. Me recordó las ansias de ser madre que laten en lo profundo de mi alma, el instinto más básico y más importante que nos ha otorgado la evolución. Tal vez yo no quiera vivir, pero no puedo negarle a mi Imposible su derecho a intentarlo.

Insisto y resisto, siendo yo misma mi mayor enemiga. Me niego a vivir, pero también a rendirme. Busco, simultáneamente, cómo vivir y cómo morir. Mientras combato mis fantasmas, mi corazón sigue latiendo en su jaula.